domingo, 27 de marzo de 2016

Batman vs Superman vs yo

No es el cobro de un penal en la final de la copa del mundo, tampoco un trasplante de corazón, un rescate de un herido dentro de algún edificio cayéndose, una negociación con un terrorista o siquiera un juego de Jenga, pero el que esté bien culera la película de Batman Vs Superman duele más que fallar en cualquiera de las cosas antes mencionadas.

Si la nueva de Adam Sandler no hace reír ni a un marihuano no hay bronca, ya vendrán otras. Pero esto es Batman Vs Superman, que es algo así como si el América de Beenhakker se enfrentara contra el Holanda del 74; uno espera que sea un súper partidazo, con goles de pocamadre, jugadas mamalonas y estrategias chingonas, y si termina siendo un Morelia – Santos cualquiera, eso sí calienta.

Las fallas en la historia las han mencionado todos, desde el ilógico hecho de que Gótica y Metrópolis sean tan cercanas como Satélite y Polanco, como el que la coincidencia entre el nombre de las mamás de Batman y Superman sea el motivo por el cual el primero le perdone la vida al segundo, pero ya el colmo es que Bruce Wayne no se haya cogido a Louis Lane teniéndola tan cerca, dándole a la bronca un motivo más allá de la simple xenofobia de un millonario al que le tiraron un edificio.

La trama parece haber sido sacada de la mente de un niño de esos que se hincan en la alfombra a jugar con sus muñequitos agarrándolos a putazos sobre su cabeza, y ni siquiera, porque hasta ahí hay más acción que en esa película que todos han ido a ver y niegan aceptar que es una basura tan grande como el presupuesto que tuvo.

Basta con decir que durante algunos minutos, entre cinco y 15, me dormí. Y cuando desperté, aún no pasaba nada. Incluso al final, cuando Superman muere en manos de Doomsday, uno se pregunta si es todo, si uno ya puede levantarse de la butaca y salir corriendo para llegar a ver Sabadazo o cualquier cosa que quite el sabor de boca de una historia mal contada.

Quizás no es culpa del director, el productor, los actores o quienes ya la fuimos a ver, sino de los personajes mismos, en especial del joto de azul y capita roja, porque el otro ha sabido adaptarse a la época. Superman desde que nació fue un personaje obsoleto, simple, aburrido y teto.

Lástima que la Mujer Maravilla no se encuera, lástima que Flash será chino y que harán película Aquaman, un personaje del que se burlan hasta en The Big Bang Theory de lo baboso que es. En resumen, Superman contra Batman es un cimiento débil de un edificio que se caerá con todos los personajes de DC Comics adentro.

martes, 15 de marzo de 2016

¡Háganme un hijo los cuatro!

Sí, Mick Jagger se mueve como un niño de 12 años a pesar de tener 72; sí, bromeó sobre el Chapo, habló en español y se puso una bandera mexicana; sí, echaron cohetes y proyectaron al diablo en las pantallas; sí, hicieron que la gente cantara, aplaudiera y hasta aullara; sí, todos maman con que fueron, estuvieron ahí y se sabían las canciones. Pero un concierto de los Rolling Stones, el concierto de ayer en el Foro Sol, fue mucho más que un gran espectáculo de una banda monumental, fue todo lo que un concierto de rock debería ser.

Tal vez fue por lo variado del público, el tiempo que lleva la gira, lo bien que lo siguen haciendo y las bajas pretensiones con las que llegaron, pero los Rolling Stones suenan tan bien que lo único que el público hizo fue escucharlos, cerrar los ojos y dejarse mover por la música, disfrutar las canciones conocidas, cantar los coros, y prestar atención a las grandes rolas que por algún motivo no se convirtieron en himnos.

No había una mayoría de teléfonos celulares en lo alto queriendo registrar lo que los oídos y ojos no entrenados no podían hacer, sólo sentidos atentos a lo que pasara en el escenario. No fue la masa rindiéndole culto a la masa, el público nunca fue protagonista con sus porras, olas o cánticos, porque todos, por lo menos la gran mayoría, sabía o entendió a tiempo que el show estaba sobre el escenario.

El Foro Sol no es un lugar apropiado para conciertos, pero si los Stones sonaron como sonaron anoche es porque llevan 50 años perfeccionando su sonido y un año practicando cada momento en esas canciones. Una ejecución perfecta para que la gente que los fue a ver, rucos y chavitos, no se sintiera obligada a llenar los huecos a menos que Mick los incitara a hacerlo, lo cual estaba perfectamente cronometrado también.

Los niños mexicanos del coro de ‘You can’t always get what you want’ conquistaron a todos con sus voces y sus caritas de miedo al ver 70 mil almas oyéndolos cantar. La voz de Sasha Allen en ‘Gimme Shelter’ y los coros de otras tantas terminó de coronar una gran actuación que la gente, todos los que ayer bailamos, deberíamos recordar por siempre.

lunes, 14 de marzo de 2016

Volvieron los días de periodismo