lunes, 29 de agosto de 2011

Pinche negro

Hasta tenis nuevos me compré y me puse mis chorcitos cortitos para correr, esos con los que se te sale media nalga cada vez que das un paso. Todo con el fin de ganar el XXIX Maratón Internacional de la Ciudad de México y regresar el título de campeón a un competidor nacional, ya que en los últimos años han dominado puros africanos la competencia.

Luego de meses de entrenamiento (en realidad me fui a dar una vuelta el fin de semana pasado), me mentalicé para ir 42 kilómetros a través del Centro Histórico, Reforma, Polanco, Chapultepec, Condesa, Revolución, Insurgentes y de regreso, tarareando la rola de Rocky por las calles y dejando atrás a los demás participantes.

Muy temprano, coloqué mi número, el 7081, en el pecho de mi playera sin mangas y me puse hasta adelante, junto a los de color serio. Al dar la salida, le metí a tope para hacerme con la delantera y gritarle “huevos” a un negro flaco de anaranjado y cara de sidoso, quien me vio alejarme por 5 de Mayo sin poder igualar la potencia de mi arranque.

Sin embargo, al llegar a Bellas Artes, el ojete negro me alcanzó y me mostró su dedo medio al rebasarme mientras yo yacía hincado guacareando el atole que me desayuné y con un dolor de caballo que me hizo abandonar la carrera por falta de electrolitos, decepcionando así a mi país.

¡Perdón!

domingo, 28 de agosto de 2011

Requiem roedor

En el bosque de Chapultepec, atrás de la estatua de Gandhi (ese que, según Ninel Conde, es dueño de varias librerías), paseaba yo en busca de un sitio tranquilo en donde inhalar un poco de PVC y tragarme unos cacahuates japoneses con harta salsa, cuando de lo más alto de los árboles algo cayó frente a mí, impactándose en el pasto y entre unos embases vacíos de refresco regados de un bote de basura sin fondo.

Al acercarme a ver, descubrí el cuerpo sin vida de una pequeña ardilla que tal vez dio un mal paso al pasar de una rama a otra, o que quizás pisó el borde pelado de un cable de luz de los que abastecen la colonia Polanco y no sobrevivió al choque.

“¡Oh Dios!”, me dije consternado. “¡Ah cabrón!”, expresé sorprendido. “¡Ah chingá!”, murmuré desconcertado, al caer en cuenta que ese pequeño roedor que se hallaba inerte ante mis pies, era en realidad la ardilla que corre al interior de mi cabeza y que hace que las ideas fluyan al correr en su ruedita. ¡Por eso desde hace un buen rato sólo he escrito puras mamadas!

Mediante estas líneas, quiero extender una oración hacia el cielo de los marsupiales (no pregunten) para pedir por la pronta resurrección de Alvin (así la bauticé en honor al escritor estadounidense Alvin Toffler), en espera de que vuelva pronto y levanten esta huelga de ideas.

¡Chá!

miércoles, 17 de agosto de 2011

Lo que es el primer mundo

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Fondo Monetario Internacional, la Unión Europea y mi mamá, coinciden en calificar a Chile (el país, no la verdura) como una nación de primer mundo; es decir, que no están tan jodidos como nosotros.

Lo anterior puede verse reflejado en su Producto Interno Bruto, su tasa de exportaciones anuales y en la clase de líderes sociales que poseen, porque mientras aquí las masas siguen el movimiento de Javier Sicilia, que la verdad se parece al abuelito de Heidi de la Pradera o al Señor Vitalis, el ruco que salía con Remi; los andinos tienen a Camila Vallejo, una dirigente estudiantil que ha protagonizado las protestas juveniles de los últimos meses en busca de reformas al sistema político chileno, que aún arrastra los remanentes de la dictadura pinochetista.

Muy lejos de parecerse a los Hermanos Cerezo, aquellos ñeros pseudo-estudiantes a los que acusaron de hacer estallar unos cajeros automáticos en 2001 y que ahora atienden una cafetería hippie y un cubículo simpatizante con las FARC en la Facultad de Filosofía de la UNAM, Camila Antonia Amaranta Vallejo Dowling sí terminó la carrera, dialoga con las autoridades y encabeza marchas mientras deleita al mundo con su bello rostro, que pese a tener una perforación en la nariz como prófuga de Pericoapa, presume finas facciones y unos ojos que lucen más sinceros que una flatulencia en una película de Leslie Nielsen. Tal vez ahí radica su poder de convocatoria.

¡Uts!

miércoles, 10 de agosto de 2011

Pinche gente sin quehacer

Miriam Ivonne Rocha Badillo, estudiante del CECyT-8 de la Azcapuk, acaba de regresar de Houston, Texas, donde pasó tres semanas en un campamento de la National Aeronautics and Space Administration (NASA pa’ los cuates), estudiando robótica espacial y el comportamiento de los huesos y la sangre en el vacío… Como diría el Payaso Platanito: Ay Goooooei.

Esta chavita, de tan sólo 18 años de edad, fue parte del selecto grupo de 20 jóvenes de todo el mundo que recibió capacitación especial por verdaderos astronautas, entre ellos el mexicano José Hernández, para ampliar sus conocimientos sobre ciencia y encaminarlos a ser los más chipocles de sus respectivos países.

Jesús Sánchez Íñiguez, del Colegio Anáhuac Chapalita de Guadalajara, es el nombre del otro connacional que estuvo en ese curso espacial con ella, pero de él no vamos a hablar porque ya está más verijón y va en escuela de paga. Pero el chiste es que ambos compartieron sus experiencias de aprendizaje ayer en las instalaciones de una fundación de empresarios en la Ciudad de México, a unas cuadras de donde cientos de inútiles, que no pudieron contestar bien 30 putas preguntas de aritmética básica, comprensión de lectura e historia general, marcharon con mantas y pancartas para exigir un lugar en las universidades públicas del país.

¡Chá!

lunes, 8 de agosto de 2011

Popularidad efímera

Era como ver a Los del Río tratar de llenar el Estadio Azteca el día de hoy, a 20 años de haberse hecho famosos por inventar La Macarena. Así de contundente, como ser atropellado por un pesero, es el hecho de que Javier Sicilia perdió toda convocatoria popular, quedándose sólo con la atención que le dan los políticos para aparentar que atienden las demandas de la ciudadanía.

Y ahí estaba yo al mediodía del domingo, caminando sobre la plancha del Zócalo presumiendo que puedo hacerlo con una torta de tamal en una mano y un vaso de atole en la otra, a la espera de ver aquellas masas que venían marchando desde ciudades lejanas para gritar al unísono un “ya basta” que hiciera sangrar las orejas de los gobernantes.

En vez de eso, eran como 20 güeyes los que llegaron acompañando al poeta a un intento de recaudar fondos para continuar con su caravana por la justicia, colocando monedas en el suelo para formar la palabra “paz”, en un acto que asemejaría más a un performance de un hippie coyoacanense y mugroso, que a un llamado de atención en contra de la violencia.

Al final, creo que hasta yo, que soy un culero, metí un billete de 20 varos en uno de los botecitos, provocando la envidia de los limosneros, payasitos nalgones, lisiados, esmeístas y pseudo-indígenas presentes en el lugar.

¡Chá!

domingo, 7 de agosto de 2011

A mí se me hace…

Más falso que el beso de una prostituta, es la relación que sostiene el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, con la ex embajadora de Honduras en México, Rosalinda Bueso, según el video detrás de cámaras de la sesión fotográfica que hizo para la revista Caras de esta semana, en la que presumen su amor a los cuatro vientos.

En las imágenes, dadas a conocer por la propia revista, se nota que al político no le entusiasma tanto la idea de besuquearse con una mujer cuyo atractivo físico pudo, en su momento, desviar las miradas de la prensa de un conflicto internacional hacia la profundidad de su escote, ya que en todo momento se le nota distante y casi obligado a darle un pikito; al contrario de ella, que le arrima el mueble a cada rato y en cada toma.

Si pudiéramos leerle los pensamientos, él diría "¡ay no! Guácala las viejas, preferiría estar besando una ñonga, así bronceada como la de mi López Obrador, no como esta que nada más la tengo aquí para ganar la Presidencia".

La secuencia, titulada precisamente “Detrás de cámaras entre Ebrard y su novia Rosalinda Bueso” en YouTube, puede apreciarse un Ebrard más suelto cuando está solo frente a la cámara. Aunque eso relativamente, porque el rostro del mandatario es más inexpresivo que mi estado de cuenta del banco a finales de la quincena.

Y conste que no estoy diciendo (reitero-nuevamente-otravez) que a Marcelo le guste la manta fiada, es sólo que no parece tan enamorado y contento como presume en el texto que acompañan las fotografías.

¡Chá!

miércoles, 3 de agosto de 2011

El hueso de Bueso

El 28 de julio de 2009 yo me encontraba poniendo jetas en medio de miles de escuincles que brincaban como estúpidos en el Vive Latino, debido a que en la estación de radio en la que trabajaba no me habían marcado para hacer un enlace en directo desde el Foro Sol, ya que en Honduras se estaba llevando a cabo un golpe militar que acaparó todo el espacio en los medios.

Sin embargo, ese hecho trajo consigo la aparición de Rosalinda Bueso, entonces embajadora de Honduras en México, en los ojos de la opinión pública y en nuestros corazones, gracias a que, a diferencia de muchos diplomáticos, la chava era una belleza andando en tacones y traje sastre, con unos ojazos negros de un raro fulgor que me dominan e incitan al amor, como diría la canción de José Antonio Méndez (no es de Luis Miguel, aclaro).

En ese entonces, todos se peleaban por entrevistarla, por sacarle una foto o asistir a sus conferencias, aunque durante los meses que duró el conflicto que culminó con la salida del presidente Manuel Zelaya del poder, no haya dicho nada trascendente.

Ahora, Rosalinda Bueso reaparece tan guapa como siempre formando pareja con Marcelo Ebrard, planteándonos la pregunta de cuánto tiempo tardará éste en echarla a perder. Porque cabe mencionar que Mariagna Pratts en su momento también reventaba braguetas.

¡Uts!