jueves, 20 de enero de 2011

Justicia para el Ave

José Jorge Balderas Garza, alias el JJ, quien le disparó en la cabeza al delantero del América, Salvador Cabañas, fue capturado este martes en las Lomas de Chapultepec por elementos de la Policía Federal.

Sobre el hecho, yo sólo tengo una petición: que ese presunto criminal, ligado al Cártel de los hermanos Beltrán Leyva y al narcotraficante Edgar Valdés Villareal, alias la Barbie, sea juzgado por las autoridades competentes, que en este caso no sería ni la Procuraduría de Justicia del DF, ni la PGR, la DEA, la Interpol, o alguna de esas jaladas… ¡no!

El único tribunal competente para decidir el destino del Jotajota es la Barra Monumental, o sea, la porra del América; ese cúmulo de 4 mil nacos panzones que cada ocho días atiborran los estadios de futbol del país para alentar a un equipo mediocre que perdió a su único buen jugador en ese baño del Bar Bar la madrugada del 25 de enero del año pasado.

Imagínense a esos ñeros con sus máscaras amarillas con azul del Rey Misterio, clavándole el palo de madera de una bandera del América por la cola a Balderas Garza, mientras otros tantos lo agarran a botellazos con una caguama de las que venden afuera del Estadio Azteca.

Al final, que lo encierren en Lecumberri con Kalimba, para que éste último lo viole.

Justo cuando agarraron al Jotajota, yo andaba muy orondo (palabra que se podría interpretar como sinónimo de “orgulloso” y que no tiene que ver con la profundidad de mi conducto rectal) luciendo por la calle mi camiseta Polo, aquella verde que es idéntica a la que traía Edgar Valdés Villareal, alias La Barbie, cuando lo apañó la ley el año pasado (de la cual ya he hablado hasta el cansancio).

Y cuando presentaron en el Centro de Mando de la Policía Federal al güey ese que con un balazo le frustró dos campeonatos al América, vistiendo otro modelito de Polo pero en azul, el cual lució también La Barbie cuando fue trasladado al centro de arraigo, a mí la verdad me llegó al cuerpo una especie de furor uterino que me obligó a salir corriendo a recorrer las boutiques de Mazaryk para comprarme una igual.

Valiéndome madres que todo mundo señalara el hecho de que Ralph Lauren ya es oficialmente el patrocinador del Cártel de los Beltrán Leyva, me recorrí tiendas departamentales y centros comerciales en búsqueda de esa tela azul con el número “3” en la manga, pero nada, porque ese tipo de camisas son de edición especial y no cualquier gato las trae; sólo aquellos verdaderamente nacos (como yo) que seguimos las tendencias de la llamada “narcomoda”.

¿Quiovo?

1 comentario:

Arevalo dijo...

Saludos.

Me tiene preocupado que con dinero una serie de criminales ha salido libre y otros, con el mismo recurso ($$) han hecho de las suyas sin pisar bote... y todo frente a los medios de comunicación, en los realities, en los video juegos... tal vez si se acabe el mundo este 2012.

Hasta luego.