martes, 29 de septiembre de 2009

Mi editorial a Juanito

Así se la dediqué:


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martes, 22 de septiembre de 2009

Idiolatría

Luego de hacer un profundo, sesudo, reflexivo, serio y sobre todo sensato análisis de los recientes hechos violentos ocurridos en la Ciudad de México, he descubierto que en nuestro país nos gusta idolatrar pendejos.

Esteban Cervantes, quien fue calificado como héroe al morir tratando de desarmar al asesino del Metro Balderas, es un reverendo imbécil. Perdónenme pero discúlpenme pero no mamen, sé que es una culerada hablar mal de los difuntos, pero esque ¿a quién chingá se le ocurre?

Si analizamos el video con calma, este cuate se aventó “como el borras” (osease a lo tarugo), cosa que en principio sí es un acto heroico, pero la ejecución del mismo no fue del todo afortunado ya que en lugar de llegarle con un putazo en la jeta o un patín en los huevos, le metió un empujoncito maricón que sólo dejó a nuestro Van Damme región cuatro en ridículo.

No contento con el osote que acababa de hacer, Esteban Cervantes arremetió de nueva cuenta tratando de sujetarle los brazos al loco ese, pero se tropezó con una prenda que quedó tirada en la corretiza de la gente, quedando nuevamente a merced de Luis Felipe Hernández, nuestro Osama Bin Laden de petatiux.

Idiota uno y el otro más, la tercera intentona de heroísmo chaqueto quedó resumida en una patada desde el piso a manera de gato defendiéndose boca arriba, para culminar en un intercambio de manoteos al estilo pelea-de-niñas-de-la-secun y otra detonación del arma homicida.

En el siguiente movimiento, por si no fuera suficiente humillación, el aspirante a Bruce Willis de la albañilería arremete casi a gatas para estrellarse de boca contra el vagón del metro, cosa que de plano le colma la paciencia al agresor y le mete un tiro en la cabeza, tras otro leve pero patético intento de heroísmo.

Cabe destacar que durante la comillas, trifulca, comillas, hay otros tres babosos que rodean a Luis Felipe Hernández aparte del fallecido; el de camisa azul que va acompañando los hechos hasta que lo hieren y otros dos que aún teniéndolo de espaldas y a su merced, jamás le meten un madrazo o algo.

En fin, Esteban Cervantes murió en primera instancia por no pensar las cosas y tratar de detener solo a un hombre armado que acababa de meterle de balazos a un policía; por entrarle sin decisión a los madrazos e insistir en la idea aún cuando tuvo varias oportunidades de huir al verse rebasado por un güey que le disparó en por lo menos cuatro ocasiones y no le dio.

Por si no fuera poco, del judicial que llegó muy nalga pegado a la pared y detuvo al loquito esquivando plomazos nada se dice, menos cuando sus compañeros que iban detrás de él actuaron nomás al ver que ya lo tenía sometido… ¡pinches tan putos!

Resumiendo, "el héroe de Balderas"(sic) no salvó a nadie porque el "asesino de Balderas" no sabía tirar y nomás se cargó al que se la hizo de pedo, sino ni nos damos cuenta. Pobre del muertito, es el único mexicano que ignora que la raza le entra a los chingadazos hasta cuando ya ve ganada la batalla.

En fin, eso se suma al contexto del mes de septiembre, cuando le prendemos veladoras a un escuincle ficticio que se cayó del castillo de Chapultepec al tropezarse con la bandera y cuya batalla encima perdimos por goleada. Cuando vitoreamos a un clon de Carlos Bianchi que salió a alentar a las masas y murió fusilado al poco rato. O qué me dicen del tal Iturbide que después de consumar la independencia se le fundió el pex y se autodenominó emperador. Ya ni hablemos de Juárez (porque eso es en marzo) que cuando Félix Zuloaga le usurpó el poder se fue a Estados Unidos y desde allá se pronunció “presidente legítimo” y cuando ganó la guerra de reforma se quería perpetuar en el poder, de no ser por Don Porfirio… ¡uts! ¿le sigo?

El chiste es que, entre Josmar y el asesino del metro, pasando por los personajes históricos, funcionarios y ex funcionarios, presidentes, deportistas y demás entes de la cultura popular… este país no está chido.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Ahora

Esta vez no fue cuestión de afinidades o coincidencias. No se trató de compatibilidad de personalidades ni de futuros posibles. No hay obsesiones, odios o amistades. No fueron sus ojos o su boca como decía el príncipe de la canción. Ahora la ternura fue la diferencia.

Es esa afección que le agrega el “ita” a su nombre la que me atrae y me impulsa a seguir. Con un poco menos de miedo que en veces anteriores. Con un poco más de ganas. Con algo más que dar a parte de lo que ya antes me han rechazado.

Un poco prohibido, un poco incómodo, un tanto loco. Pero así es la vida.

¡Chá!

miércoles, 16 de septiembre de 2009

El ejército buuuuu

En las películas, cuando el ejército toma las calles de una ciudad, es señal de que ahí vienen los madrazos, de que el mundo ya chingó a su madre y de que Godzilla nos va a comer… ¡chin!

Sin embargo, en la realidad, por lo menos en la de nuestro país, no se entendería la vida sin la presencia de los soldados. Yo el otro día me bajé de la combi y lo primero que vi fue una pistola… y se me hizo agua la cola… ¡no!... digo, la de un militar que traía acá su metralleta, camuflajeado, con su casco y todo el pedo, en medio del paradero del metro Taxqueña y como si nada.

Hace rato, en el desfile militar observé (porque soy un gran observador… de nalgas) que la banda admira gacho a los soldados, somos fans from hell de los uniformados, nos chiflan los desfiles, los toques de diana (snif), las fuscas y el camuflaje.

Pero oh patria mía… esas son mamadas porque el ejército en México es una mamada ¿o qué guerra hemos ganado? Los franceses nos atoraron; los gringos nos la dejaron ir; los españoles nos conquistaron; los narcos nos están violando; Además de que en la revolución, una bola de revoltosos se chentó al ejército confederado.

¡O sea, goooooei! ¿De dónde sacan el orgullo? Nomás de levantar escombros en los temblores y manejar lanchas en las inundaciones, porque fuera de eso, que es una labor muy honrosa, nomás no.

La gente los saluda, se toman fotos con ellos, les grita hurras, les aplaude, los admira, dejando atrás el recuerdo de cuando masacraron a unos güeyes en Tlatelolco hace 40 años durante un mítin; cuando abarataron unos chavitos en el casco de Santo Tomás en el ’71; de las constantes presuntas violaciones a derechos humanos; de cuando sodomizaron a una ruquita en Veracruz (esa todavía no me la creo), entre muchas otras gandalleces que, dicho sea de paso, son culpa de una bola de estúpidos que hemos elegido como presidentes de la República.

Ahora bien, mejor así que como en Honduras, Venezuela o Chile, donde a un general se le funde el pex y derroca al presidente.

¿Que no?

martes, 15 de septiembre de 2009

40 buenas razones para NO tener sexo con Mario Manterola

1. Porque tu nombre aparecerá publicado en este blog
2. Porque nalguea
3. Porque muerde
4. Porque él piensa que la tiene enorme cuando la verdad es que no
5. Porque luego intenta posiciones bien raras
6. Porque dice de groserías
7. Porque ha visto demasiadas películas pornográficas
8. Porque literalmente no se anda con mamadas
9. Porque tarde o temprano te darás cuenta de a qué clase de idiota se las diste
10. Porque lo usará en tu contra
11. Porque aunque lo niegues, algún día querrás repetir
12. Porque al terminar, invariablemente te humillará
13. Porque no se quita los calcetines
14. Porque seguramente es portador de enfermedades que la ciencia aún no ha clasificado
15. Porque igual y te enamoras
16. Porque a lo mejor se arrepiente
17. Porque igual y te cobra
18. Porque igual y te paga
19. Porque le gusta coleccionar prendas
20. Porque luego no se le para
21. Porque ni gracias dice
22. Porque le gana la risa
23. Porque te comparará con otra
24. Porque te grabará en secreto
25. Porque no puede evitar contar chistes
26. Porque se duerme a medio palo
27. Porque luego se prolonga por horas y no acaba
28. Porque ¿por qué? ¿pus’ qué no lo ves? ¡no mames!
29. Porque pica los ojos
30. Porque le gusta a oscuras
31. Porque pone música bien naca
32. Porque suda
33. Porque luego se siente lo máximo
34. Porque tiene muñequitos en la cabecera de su cama
35. Porque el recuerdo te torturará toda la vida
36. Porque le gusta pasar reportes en vivo vía telefónica con sus cuates
37. Porque ha aplicado la frase “¿todavía sigues aquí?”
38. Porque le da hambre
39. Porque después no lo volverás a ver en tu vida, al menos de que siga caliente
40. Porque no lo merece

lunes, 14 de septiembre de 2009

¿Sabes quiénes me cagan? (parte 2)

Los chaparros, los gordos, los pelones, los viejos, los que a parte de las anteriores también son productores de noticieros de radio… los analfabetas, lOs qUE eScRiBeN AsÍ, los pretenciosos, los que se la creen, los pedorros, los ejecutivos, los Beltrán Leyva, los de hacienda, los árabes, los cristianos, los terroristas, los taqueros, los mentirosos, los ricos, los taxistas, los comunistas, los albureros, los burócratas, los zapatistas, los charangueros, los artesanos, los carpinteros, los topos (esos que rescatan gente en los temblores), los meseros, los incompetentes, los peluqueros, los boletineros, los reguetoneros, los policías, los que tienen apodo, los secuestradores, los que te dan el papel en los baños, las botargas, los meteorólogos, los cachetones, los chichifos, los que leen Proceso, los autóctonos, los rastudos, los que dicen “ash”, Silvio Rodríguez, los inversionistas, los que toman té, los tenistas, los guapos, los chinos, los que usan lentes, los que manejan en automático, los cumpleañeros, los adictos, los zurdos, los fresotas, los canosos, los quisquillosos, los nalgones, los pulcros, los que no leen estas mierdas

viernes, 11 de septiembre de 2009

De cuando sí me rifé

Los hombres de verdad no se deprimen cuando una mujer los abandona ¡ni madres!, pero la condición humana es tan fuerte que a veces es inevitable hacerlo.

Sin embargo, aquel que se diga verdaderamente hombre no deberá derramar una sola lágrima, no hará pucheros, no escuchará canciones cursis cuando ese fragmento de herencia homo sapiens quebrante nuestra infinita testosterona. ¡Nel! Los machines de a devis estamos obligados a empedarnos con aguarrás y thinner, a gastar 2 millones de pesos en putas y teiboleras, a jugar ruleta rusa, entre otras chaquetas mentales.

Para uno que no se anda con mamadas, simplemente se desquita con lo primero que encuentra. Cuando la pinche condición humana nos obliga a sentir esa ausencia, la mente, independiente del razonamiento emitido desde los testículos, no puede evitar reaccionar con puterías.

Y yo, que oficialmente soy conocido como la siguiente escala en la evolución del “güey”, después de ser desechado como pañuelo de moquiento por mi sueño de felicidad definitivo, me retiré un par de meses de la vida pública, quedando relegado a la monotonía del trabajo. Hasta que, debido a pendejadas físicas, esa depresión escondida tras toneladas de masculinidad se presentó en forma de un problema inmunológico que me dejó tres semanas en cama.

Una vez recuperado, caí en una dinámica decadente en la que le tiraba a, literalmente, lo que se moviera. Con el único fin de desquitarme de ese daño a mis facultades sementales.

En la última… la más reciente de las chingaderas que cometí, de plano retomé una vieja apuesta en la que me tenía que rifar el físico con un ser infumable a cambio de una Combo Whopper con papitas (cortesía de mi amiguito Daniel Orestes Morales Galván), para así clausurar esa urgencia de “lo que sea”.

El hecho me fue relativamente fácil, tanto que hasta llegué a pensar que en realidad era yo una nalga de proporciones bíblicas y que ninguna vieja me merecía. Me bastó con un par de detallitos, dos tres poses, una que otra frase y ya la tenía succionándome las gónadas a cambio de nada.

O eso pensaba yo. Ya que como es mi costumbre, el chirrión me salió por el palito (nunca entenderé el sentido de esa frase), puesto que esa atracción se convirtió en idolatría hasta llegar al fanatismo, en la que ella me veía con ojos de amor, se deshacía con cada roce, besaba el suelo que la suela de mis converse pisaban y me juraba amor eterno.

Podrá ser el ideal de muchos, pero tener un perrito faldero no es algo que me agrade, por lo menos no uno con esa voz, esa cara, esa actitud, esa “personalidad” y esas chichis, que dicho sea de paso, no son lo que aparentan.

El caso es que, una vez más, me encontraba en esa situación en la que acostumbraba abrirme para dejarlas desvestidas y muy alborotadas (que culero que lo haiga hecho varias veces), ¡pero nel! Al chile mi chile y yo decidimos aventarnos el tiro derecho… bueno, a medias la neta, porque si no hay decisión pus’ cómo.

Al final creo que la humilló más el que ya no le haya vuelto a hablar y que se haya enterado por otro lado que yo nomás andaba jugando a culerear porque estaba dolido. Ni pedo.

La voz de mi conciencia (que en realidad suena mucho a la de Jonathan Pardiñas) me dice que no publique estas líneas porque nomás me voy a quemar más de lo que ya estoy… pero como si no lo estuviera ya

jueves, 10 de septiembre de 2009

Denuncia

Me gustaría utilizar este espacio –usualmente dedicado a grandes discusiones filosóficas, la difusión de selectos temas culturales y científicos, así como a contenidos que engrandecen del espíritu– para hacer una denuncia ciudadana sobre un elemento del paisaje urbano de la Ciudad de México que pone en vida a miles de automovilistas todos los días.

Es sabido y está científicamente comprobado que a los hombres (los que lo somos) nos apendeja gachamente el futbol; que somos capaces (los que lo hacemos) de dejar a nuestra madre moribunda por festejar el gol de Cuauhtémoc Blanco que le dé el pase al mundial a México; que hay algunos (los que lo hemos hecho) que después del partido de la hora de la comida mandamos a la chingada el trabajo, no regresamos y nos jalamos a festejar.

En fin, otro de los hechos irrefutables en el universo es que todos los publicistas son imbéciles (si lo sabré yo que estuve junto a esa bola de subnormales cuatro años porque estudiaban en la misma Facultad que yo (maldito tronco común)), además de la ya preestablecida peligrosidad que implica el hecho de ponerse tras un volante.

Todo lo anterior en conjunto, el futbol, la estupidez “creativa” y la velocidad, han puesto en riesgo mortal a todo aquel que circule en el Anillo Periférico a la altura del distribuidor vial San Antonio, ya que en ese lugar, a un oligofrénico de popó se le ocurrió colocar una pantalla gigante para anunciar la tienda Deportes Martí y el gimnasio Sport City, en cuya secuencia aparecen unos goles de Alemania, Francia, Brasil y México de los mundiales de 1994 y 1998.

El punto es, que si vas a más de 80 (hay que remarcar que es una vía rápida) y ves a Thierry Henry clavándola en el fondo, aunado a que ese punto del camino no es completamente recto, inevitablemente se incrementa el riesgo de que te des un santo chingadazo y valgas madre para toda la vida.

Hasta el momento no ha sucedido una tragedia mayor gracias también a que el Distrito Federal está de la verga y no se pude correr por el puto tráfico… ¡pero no mamen! ¿a quién se le ocurre? ¡mejor pongan una porno!

jueves, 3 de septiembre de 2009

El mariachi Jackson


Este es el mejor homenaje que se le podrá hacer al Rey del Pop.

El traslado de una canción de un género a otro es la prueba máxima de que un artista traspasó las barreras de la vida misma.

Un día ya muy pedo, en el cumpleaños de la novia de un amigo (porque sí los tengo) le pedí al mariachi que se echara Thriller. No lo hizo. Meses después y ya con su majestad muerto, hubiera ganado esa pieza a la interpretada en este video por un conjunto en un bar de Alabama, Estados Unidos.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Los 400 nacos

¿Sabrá el señor Obama que unos pinches nacos usan su imagen para manifestarse en contra del gobierno mexicano en calles del Distrito Federal?... ¿Le importará?

Después del mensaje del preciso Calderón en Palacio Nacional me dieron ganas de caminar un rato. Al pasar por Madero y el Eje Central, unos tamborazos como de porra del Toluca (a esos que les metimos siete goles) distrajeron mi atención de la rola Sweet Home Alabama de Lynyrd Skynyrd sonando en mi bellísimo iPod de 15 mil terabytes con rayaquesos.

Los otrora agraciadísimos nudistas nativos de mesoamérica (ya me regañaron por decirles “pinches indios culeros”) estaban danzando frente al Palacio de Bellas Artes a manera de protesta usando máscaras del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

Y uno como es medio chismoso, que me le acerco un sombrerudo de esos que pedía pa’ su taco para preguntarle que qué pedo, que por qué las máscaras del negro. A lo que este re-cabrón me contestó que si el TLC, que si el imperialismo yankee, que si los monopolios, o sea, un discurso que yo no escuchaba desde la universidad.

Como el chiste aquel, literalmente me subí a la manifestación para cruzar el Eje Central hasta Juárez y después agarrar Reforma, en vista de que los vehículos motorizados se movían a voluntad del contingente. La verdad es que me caían mejor cuando se encueraban.