sábado, 29 de agosto de 2009

Yo quiero una peda así

Lo chido de la provincia es, aparte de las balaceras entre narcos, que las personas se empedan bien chido...
Como viven en pueblitos perdidos todos culeros por allá lejos, pus les vale madre el mundo.

¡No mames!
O sea, sí le partí su madre pero ese no es mi cuchillo... del tamaño del Ferras

jueves, 27 de agosto de 2009

Sexo Indígena

Allá por el año 2003, mi amigo Alfredo y yo éramos una versión beta de Leonard Hofstadter y Sheldon Cooper, pero más chaqueta (adivinen quién era quién); un par de científicos ociociales enviados por la Universidad Nacional Autónoma de México a hacer una de esas apologías de la miseria que sólo sirven para cimentar las creencias de una bola de académicos fracasados que se escudan en ideas socialistas para ocultar su jodidés.

En el municipio de Chichihualco, Guerrero, nos encontrábamos analizando un rito remanente del periodo precámbrico-tardío-colombino-post-era-disco-a-go-gó, donde los pobladores danzan por las calles vestidos de animales a manera de ofrenda para que la cosecha de la temporada sea exitosa, que por más risible que suene, no es muy distinto a irse de rodillas a la Villa.

Cuatro tacos al pastor, dos chelas, tres kekas de hongos, un elote sin mayonesa y otro de mis clásicos berrinches después, decidimos clasificar la investigación bajo la etiqueta de “hueva extremosa”, por lo que abandonamos el estudio limitándonos a un texto de 200 páginas meramente descriptivo con una que otra foto de los nativos tomadas en beauty shot, las cuales por más esfuerzos de la lente carecían del “beauty”.

En algún punto de la historia, la ignorancia del indígena se transformó en ilegalidad transgresora, ya que de regreso a la base de operaciones (un pinche hotel culero que ni tele tenía en los cuartos) nos topamos con un lugar que con letras grandotas decía en la fachada “Burdel y Table Dance de el Jorge”. ¡Agüebo!

Como todo hombre de ciencia, decidimos ampliar la muestra de estudio hacia las putas locales, cuya variable debería de modificar la ecuación final… además ya llevábamos varios días ahí y la neta nos estábamos perdiendo el asco el uno al otro y las palabras se nos salían solas.

Sentados en la barra, chupando imitación de ron con jarrito de toronja en tarro de barro negro con forma de chichi y sin hielos, el congal exhibía sus mejores pieles curtidas por el sol guerrerense; algunas con huarache de llanta y otras descalsas con las plantas tierrosas, llenas de cayos y costras de mugre… pero sexys, eso sí.

Uno las esperaría en huipiles recortados a manera de minifalda, vistiendo coquetos aretes y pulseras de obsidiana o algo así, ¡pero nel! Las pirujas en todo el mundo tienen el mismo estilo barato de vestidos embarrados a manera de lodo en el cuerpo de los marranos, porque invariablemente deben tener las mismas lonjas que aparentan otro par de tetas extras, que yo creo que se las dejan para que te calientes más machín.

Dicha vestimenta o envoltorio dejaban ver unos pezones del tamaño de una salchicha de cocktail, aderezados con una aureola del tamaño de un mousepad, y si la tela de la prenda lo permite, se dejan asomar un par de pelos gruesos y tiesos como copete de PeñaNieto que nomames.

Si bajabas la vista tantito podrías observar un cuerpo en total simetría y equilibrio, ya que de lado tiene la misma cantidad de nalgas que de panza, que asemejaba una de esas esculturas del Paseo de la Reforma que se usan de banca. Igual de grotesca pero divertida.

Sus pinches rodillas todas pelonas, con raspones todavía abiertos a flor de piel; unas cicatrices en las espinillas como de jugador de futbol llanero pero ya veterano, producto de tanto hacer mamadas hincadas en el piso de tierra o de cemento sin aplanar. ¡futa qué excitante!

Esa cara como de cruza entre cabeza olmeca y artesanía de marcadito, se te acerca y te pide que le invites un trago con voz sepsi a las de “hola guapo” ¡nomames! Y tú nomás de pendejo porque es lo que hay, ni modos que busques una rumana con herpes como las de la Zona Rosa ¡pus’ no!

Les invitamos (porque eran varias) algo muy cabrón así como queriendo apantallar, pero pus’ cuál, ya lo más fino era el Azteca de Oro o una de Don Pedro, mismas que se chuparon como si fuera agua de horchata callejera en época de calores.

Ya entrados en sustancias (de las de échele más éter a mis hielos joven), llegó el momento de entrarle a los madrazos carnales y fluidosos con aquellos entes imitadores de féminas humanas, que como no traíamos condones ni una bolsita de cacahuates Nishikahua vacía que pudiéramos usar, nos iba a salir 30 varos más caro el brinco porque su tarifa subía si la montada iba a ser “a pelo”.

No pos’ que vas tú pimero güey, no pus’ que fue tu idea, no que tú estás más pedo, nel tú estás más feo, no pss que tú no hiciste lo que te tocaba de la investigación, no pus’ tú ya te chingaste tus viáticos, no que chingatumadre, nel que chingalatuya…

Pinches tan putos los dos a la mera hora se nos había abierto el cagón y lo peor era que ya estábamos en el área de los cuartos, que más bien eran como los separos de Ministerio Público en Iztapalapa. En eso que me empiezo a imaginar la criatura comechiles que podría tener eso entre sus piernas, con un clitorote con forma de churrumai (porque es un churrumai, dos churrumais), con unos pelotes como patas de araña pero al revés y lo peor… pasó por mi mente la posibilidad de engendrar una criatura indigenoide pero con mi carácter tan mamón.

De plano agarré y le dije “carnal, de pronto como que ya me volví abstemio”, pero no contaba con la resignación del buen Alfo, quien al momento en el que yo voltié, ya le estaba sumiendo las ideas a reatazos fúrcos como intentando reventarle las almorranas con el escroto, porque ya estaba hasta el sartén, o sea, estrellando los huevos.

Tras una reverencia que le hice en honor a su temple y coraje, regresé al hotel. Dos horas después, ya dormidito en mi cama, escuché como entró al cuarto y se jetió. Al día siguiente salimos rumbo a la ciudad de México y luego de dos meses se publicó nuestro gran análisis de la cultura popó guerrerense.

martes, 25 de agosto de 2009

Bú!


Arrástrame al infierno
Calificación: Chida... no buena ¡chida!


Cuando yo tenía como siete años, mis papás me dejaban solito en la casa después de la escuela y durante toooda la tarde (lo cual explica muchas cosas). En ese tiempo ocupaba mi vida viendo películas en mi videocasetera Súper Betamax y una de mis favoritas era El despertar del diablo 3: el ejército de los muertos, escrita y dirigida por Sam Raimi.

Este bato, además de ser el director de las del Hombre Araña, es un cineasta de culto en el género del terror, quién después de la mamada de Spiderman 3 regresó a las películas “de sustos” (así les dicen los nacos) con una belleza titulada Drag me to hell, o Arrástrame al infierno pa’ los que semos prietos y hablanos en cristiano.

Coherente a su estilo, la historia no se toma a sí misma tan enserio, pues todo surge porque la empleada de un banco le niega un préstamo a una ruca, quien nomás por eso y por sus ovarios le mete una maldición en la que un demonio ojete irá por ella… ¡chá, pinche tan sensible la vieja!

Ahora bien, aunque es del tipo “susto anunciado”, o sea que ya sabes que ahí viene el madrazo, la película sí te saca dos o tres pedos con caca muy cabrones, sobre todo porque es muy explícita y muestra la cara del diablo así de frente, es medio grotesca por momentos, tiene muchas babas y fluidos, además de una amplia colección de madrazos, gritos y demás violencia.

No obstante, es un terror manejado con cierto sentido del humor muy característico, ya desde la premisa derivada de un trámite de oficina, además de algunas reacciones de los personajes que nomás provocan que te cagues de risa.

FICHA TECNICA:
Dirigida por: Sam Raimi
Con: Alison Lohman , Justin Long, Lorna Raver, Deleep Rao
País: Estados Unidos
Año: 2009

sábado, 22 de agosto de 2009

Zombies contra Narcos

Masacran zombies de Sahuayo a sicarios en Michoacán

Por Mario Manterola

La Policía Federal descubrió los cadáveres mutilados de 15 presuntos miembros de una célula de la organización criminal conocida como “La Familia”, en un predio ubicado al lado de la carretera que conecta los pueblos de Sahuayo y Jiquilpan, en el estado de Michoacán.

El hallazgo se dio gracias a varias denuncias de los pobladores cercanos al lugar, quienes dijeron haber escuchado un intenso tiroteo que se prolongó por más de una hora durante la madrugada de este sábado.

En la escena, los cuerpos sin vida estaban concentrados en un área de aproximadamente 300 metros cuadrados, detrás de seis camionetas de modelo reciente colocadas a su alrededor a manera de trinchera, mismas que presentaban marcas de golpes y rasguños, pero ningún impacto de bala.

Todos los fallecidos eran del sexo masculino de entre 25 y 35 años de edad, que al momento de ser descubiertos, presentaban lesiones de mordidas y arañazos en las extremidades, no registraban impactos de arma de fuego, además de tener los cráneos rotos y con materia encefálica expuesta.

A decir de Arturo Abad Martínez, comandante regional de la Policía Federal destacamentada en la zona norte del estado, parecería como si les hubieran abierto las cabezas a golpes para robarles el cerebro, ya que en algunos casos los cuerpos carecían en su totalidad de ese órgano.

Los uniformados encontraron cerca de 800 cartuchos percutidos de diferentes calibres, además de un arsenal compuesto por ocho rifles AK-47, conocidos “como cuernos de chivo”, siete AR-15, nueve pistolas tipo escuadra, dos escopetas y una granada de fragmentación desactivada.

Dentro de uno de los vehículos fue descubierta a una manta con un mensaje dirigido a las autoridades estatales y mandos policiacos municipales, la cual estaba firmada por el grupo criminal denominado “La Familia Michoacana”, por lo que se presume que los ahora occisos pertenecían a ese cártel, aunque por el estado de mutilación en el que fueron encontrados, será difícil establecer sus identidades.

Según la indagatoria de la Procuraduría de Justicia del Estado, el convoy de los presuntos sicarios fue visto durante la noche del viernes circulando en calles del centro del municipio de Sahuayo de Morelos para después incorporarse a la referida vía con rumbo a Jiquilpan.

En medio de su trayecto se salieron de la carretera para adentrarse en el campo hasta llegar al sitio donde perdieron la vida, al parecer por una emboscada ya que se escudaron detrás de las camionetas y dispararon hacia todas direcciones.

Sin embargo, en los alrededores de la zona de la balacera no se encontraron más cadáveres o municiones que indicaran a qué o quiénes le disparaban los presuntos narcotraficantes asesinados.

Son varias teorías las que las autoridades manejan sobre el hecho, la primera es que los presuntos sicarios acudieron al lugar para mantener negociaciones con otro grupo armado; la segunda es que fueron emboscados; y la tercera es que todos son en realidad personas ejecutadas en otro lugar que fueron llevados hasta ahí, junto con las balas, para despistar a la policía.

Aunque los residentes de ese municipio sostienen que los pistoleros fueron masacrados por los Zombies de Sahuayo.

jueves, 20 de agosto de 2009

Semen Ya!


Caster Semenya es una atleta sudafricana de 18 años que corre 800 metros planos en 1.55,45 minutos, que se quedó a un segundo del récord del mundo en posesión Jarmila Kratochvilova, que es campeona mundial de la especialidad, que hace un año nadie la conocía y que si te le pones al brinco seguro te madrea porque es un bato.

Si tiene pelos en la cara, músculos de machín, cara de Giovanni Dos Santos y manos de trailero es lo de menos, lo realmente importante es saber si tiene próstata la cosa esa. A primera vista no se le ve, pero quién sabe y no creo que ningún doctor se atreva a verificar bajo el riesgo de ser brutalmente abaratado por un cabrón negro malhumorado. O sea, yo me l@ topo en la calle de noche y me tiro de nalgas al piso.

Ya se están haciendo las pruebas y lo más ojete del caso es que a la (en el supuesto de que sea “la”) pobre es famosa no por su logro deportivo, sino porque todo mundo piensa que se hizo la jarocha para ganar la medalla de oro.

La verdad es que sí es una situación un tanto racista, porque el hecho de tener la piel negra la hace blanco (sic) fácil de las críticas. Para muestra de lo anterior basta con recordar a la poseedora de la marca mundial, la antes citada Jarmila Kratochvilova, que si no era un hombre por lo menos se puteaba a unos cuantos ella sola y jamás le pidieron que enseñara sus credenciales.

También está la mexicana Ana Guevara, que de no ser porque era paisana no se la hubiera acabado con las burlas sobre su nariz y sus testículos (que sí las hubo, pero leves). O Marijose Alcalá, que era la versión en traje de baño de Cuauhtémoc Blanco. Es decir, no se pasen de verga con el negro… ¡perdón! La negra.

Además se llama SEMENya, ¿así cómo?

sábado, 15 de agosto de 2009

De cuando me ensartaron

Uno va muy chingón y de repente ¡ano mames! (así, en imperativo en vez de exclamativo). Le pinché maquiné de mierdé no estaba. La otrora bella pieza de ingeniería francesa no se encontraba donde yo la dejé estacionada.

Algún lacra amantedeloajeno-habitantedeiztapalapa me lo había volado, o lo que podría ser peor, un policía gruyero comecuandohay-huelemoles-hijodesuquébarbaridad no tenía nada qué hacer y lo levantó cual comando armado michoacano de la calle de Taine y Campos Elíseos.

Al grito de ¡a ver hijosdesuputamadre nadie se mueve hasta que aparezca ese pinche coche! traté de dar con su paradero. Pero pus’ cuál, eran como las once de la noche en Polanco y yo amenazando sólo al aire.

En ese momento me di cuenta que los teléfonos de emergencia sirven nomás para sonarse los mocos… ¡pero los de la uretra! Porque cuando marcas el 066 no te da ni línea, ya ni qué esperar a que una maquinita te diga que te aguantes tu desangrado hasta que una operadora te pueda atender ¡nel!

Hasta que encontré un azul que estaba jetón en una banca afuera de la embajada de Canadá, con la baba a manera de puente entre la nariz y su panza, fue que dí con el número de la tomandancia correspondiente, donde para acabarla de chingar, nomás me dieron más largas ¡no me lambas el escroto!

Entre que hallaban en sus listitas mi placa, yo ya me hacía a la idea de perder mis lentes de 4 mil varos, mi iPod súper chikles y mega acá, mi cámara de nomames, una chamarra Armiani que traía en el asiento trasero y una bolsita como con orégano que traigo abajo del tapete del copiloto, mismos que ya me estaban doliendo como patada de ardido de Rafa Márquez en la cola durante un juego oficial… ah claro, y mi carrito de zololoy, que era lo más importante.

Ya que agarro y que digo chinguenasumadre mejor voy, pero pss nel, a esa hora ya pa’ qué, pero sí tuve que llamar personalmente al depósito (nombre elegante de corralón) para saber sí ahí estaba mi poderosa máquina del amor que ha resistido viajes satánicos a Cancún y fajes moustrosos con rucas culiformes de ultratumba.

No’psss que sí, que acá’stá. En ese instante, después de tomarme un segundo para aceptar que mis posesiones estaban resguardadas por una bola de culeros con placa y licencia para ojetear, que me arranco con el concierto de mentadasdemadre y referenciasescatológicas con exploraciones anales y flujos vaginales porque mi flamante 206 estaba perfectamente bien estacionado, tanto que de plano me colgaron la bocina.

En la pinche locura, hubiera preferido que fueran ratas en lugar de tiras los que se lo llevaran, ya que con los primeros no tienes que verles la cara al momento en que te la están metiendo, a los segundos hasta gracias les tienes que dar, además de sacarles copia de todos tus documentos.

¡Vergas! Al otro día, 600 varos menos y con la reata del GDF ensartada en el rabo, decidí que voy a comprarme un Smart.

jueves, 13 de agosto de 2009

Pinches changos

Oh! patria mía, de formación priista-costumbrista-marxista-guadalupana
Tú que cuando te la jalas te la arrancas y de un sape descalabras

Tus pinches hijos son un desmadre para todo. Ganen o pierdan, romper madres es lo que buscan de cualquier modo.

O sea, ¡no mames! No entiendo el pensamiento de los mexicanos; no saben jugar, no saben ganar, menos perder ¿entonces?

El razonamiento, hasta cierto punto lógico, indica que ante la derrota es entendible desquitarse de un modo violento, agarrando a putazos al contrario una vez que éste te ha superado en el campo de juego, aplicando el clásico “por lo menos no se fue limpio ese güey… ¡le partí su madre!”

Pero ya cuando le ganaste al oponente, no tiene caso desquitarse a golpes con él, ya que, básicamente, no hay de qué desquitarse puesto que lo venciste.

Sin embargo, la ideología del mexicano es “Perdimos: vamos a partirle su madre. Ganamos: vamos a partirle su madre”… el chiste es repartir madrazos a lo tarado.

Esto en relación a los festejos de ayer luego del triunfo de la Selección frente a Estados Unidos, donde una bola de ñeros del Ángel se fueron a la embajada estadounidense a arrancar flores de las jardineras y aventarlas a los granaderos.

Luego un grupo de pobres gringos que regresaban a su hotel fueron víctimas de unos cuantos cabrones resentidosociales que ya los querían linchar nomás por ser güeritos.

¡No mamen!

martes, 11 de agosto de 2009

Nueva celebridad

A este cabrón me lo enseñó mi carnal hace como un mes en su iPhone (ay qué mamón) y ahora resulta que ya se volvió famoso en el interné.



Ahí se los dejo, está cagadísmo y ya hasta sale en la tele

domingo, 9 de agosto de 2009

Ídolos caídos

Me cae que yo admiraba a la Parkita y al Espectrito Junior por haberse muerto en medio de un palo en un hotel culero. Los empecé a idolatrar menos cuando cayó la primera prostituta que se los echó, la cual tenía cara como de vela derretida. Pero ya de plano les perdí todo el respeto hace unas horas cuando la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal agarró a la segunda pirujota que les dio muerte, que para ser sinceros es una combinación entre Hermelinda Linda, Trap Jaw (el de He-Man) y una mentada de madre en ayunas.

Pinches luchadores, me cae que cada vez me convenzo más de que los culeros merecían la muerte y la humillación que están sufriendo. Agradezco el hecho de no ser ni medianamente famoso, sino… futa ¡qué oso! Antes me he escapado de unas también.

Prometo portarme bien, me cae.

miércoles, 5 de agosto de 2009

De cuando me convertí en héroe

En un día de esos, harto de ensartar el chilacayote en kilos de cecina de Yecapixtla para expulsar de mis entrañas las extrañas cantidades de líquido del amor, de tantas que ya hasta llenaba botecitos de Yacult por las mañanas y los vendía cada domingo. En una de muchas horas perdidas frente al ordenador (de pornografía será, porque la música la tengo hecha un desmadre), buscando quién le limpie el moco al niño, una imagen en la ventanita del messenger del otro lado de la ciudad contestó afirmativa a la solicitud formal, directa, concisa y calentona de mantener conmigo un contacto cercano del tipo pornográfico.

Cáele, dijo, y entre que eran peras o manzanas o pedazos de chorizo con sebo rellenos de atole de avena con olor a pescado, ahí voy en el peugeot pisándole como energúmeno con la idea fija de entre más rápido más pronto la desflemación del cuaresmeño (que sí era cuaresmeño porque desde la cuaresma de 1997 nomás nada de nada), ya sea en su lomo adobado, entrañas, cavidad bucal o de perdis muy cerca de su persona de ella, aunque le manche el vestido, traje, playerita o pijama de winnie pohh…¡tota!

Minutos después ya estaba descarapelándole los tímpanos a claxonazos afuera de su casa para luego treparla como madrina de la SSP en el News Divine al coche y llevarla a un rincón cerca de cielo en un mirador o callejón oscuro y abandonado, lugar donde yo le tatuaría mi huella digital en el interior de su trompa de falopio.

Pérate pérate balbuceaba como desesperada ante mis intentos de succionarle el esófago a chupadas de lengua y premolares, cuando hallé el momento idóneo de proponerle una visita rápida a un hotel pedorro de Tlapan, que si fuera taquería de seguro se llamaría “el chancro de las ranas”. Ya prendida como boiler de condominio del infiernavit, con las ideas a punto de salirse por el ojo vengador de mi dedo sin uña con harta pus, renté un cuartito de a 200 varos el rato para dejarle Iridia la Salazar por el Kungfú.

En eso, ya con la luz prendida y en medio de un ataque se autorespeto, caí en la cuenta del mostro chichicaido-nalasplanas-pezónhotcakero-pataspeludas a la que estaba a punto de tumbarle la virginidad cicatrizada a literales vergazos. Tanto, que se me frunció el cagón y la sangre dejó de irrigarme la quetzalcóatl (serpiente emplumada… o empelada en su defecto), tanto que quedé como día de luto nacional; a media hasta.

Fue entonces cuando decidí aplicar la manterolinha y salir de la habitación tipo separo de la PGR con la excusa de haber dejado algo en el coche. Sólo se oyeron pasos presurosos por el pasillo, el cerrar de una puerta de coche, un motor que rugía y las llantas patinando alejándose del lugar, al puro estilo de escena de los Simpsons, dejándola sola, desvestida y muy alborotada.

¡Espero que haya chillado!

martes, 4 de agosto de 2009

10 años

Noche del 4 de agosto de 1999, el día en que nuestras armas se cubrieron de gloria



Y nuestro mejor soldado sigue siendo el mismo

lunes, 3 de agosto de 2009

Y regresó

Terminator Salvation
Calificación: Lo mejor desde la invención de la rueda


En esta vida hay dos cosas que son verdades absolutas: la primera es que Fabián Lavalle se la come doblada y la segunda es que el fin del mundo es inevitable.

Durante cuatro películas y más de 20 años nos han vendido la idea de un día del juicio final donde las máquinas tomarán conciencia de sí mismas y eliminarán a la raza humana, el cual, por más que se ha querido impedir, sólo se ha logrado aplazar.

En la cuarta entrega de la saga de Terminator (“la saga” oi nomás), los seres humanos valieron chile, viven escondidos o atrincherados porque unos robots ojetes los quieren matar.

John Connor, personaje que sobrevivió a tres ataques de exterminadores del futuro –el primero en contra de su madre para evitar su nacimiento, el segundo cuando era adolescente y el tercero cuando está a punto de acabarse la civilización tal y como la conocemos–, ya se convirtió en el líder de la resistencia contra las máquinas y ahora tiene la misión de encontrar y proteger a Kyle Reese, quien es su propio padre, al que tiene que enviar al pasado para proteger a Sarah Connor y propiciar su concepción o si no… la historia cambia y el mundo se va a la chingada.

Primicia que constituye lo que el doctor Emmett Brown de Volver al Futuro llamaba “una paradoja”, en la que si se cambia cualquier cosa en el pasado, el presente puede transformarse radicalmente, lo que puede hasta destruir el universo. ¡chin!

Ahora bien, hablando de la película, es una verdadera maravilla, está de no-ma-mes, ¡futa! creo que me vine como 27 veces al verla, al final ya hasta eyaculaba por los pinches ojos, porque cierra un ciclo y hace que todas las demás tomen otro sentido, incluso la tercera que es la más floja de todas.

Aparte de la idea base (la de rescatar a Kyle Reese), tiene detalles gloriosos. Durante los primeros dos minutos, un güey firma su sentencia de muerte condicionada al beso de una chava y cuando ésta se lo da dice “ahora sé a lo que sabe la muerte” ¡pooooooooots!

Otra donde un exterminador anda tras un bato y quien lo rescata le dice “ven conmigo si quieres vivir” (frase clásica de Terminator), o cuando Kate le dice a John “qué le voy a decir a tus hombres cuando sepan que te fuiste” y él responde “I’ll be back”.

Una más en la que John quiere atrapar a una máquina culera y para atraerla tiene que hacer ruido, entonces enciende una grabadora con la rola de You could be mine de Guns n’ Roses, ¡la misma de Terminator 2! Y ya no digo quién es el malo porque me va a ganar de la popó por la pura emoción.

FICHA TECNICA:
Dirigida por: Joseph McGinty Nichol
Con: Christian Bale, Sam Worthington, Anton Yelchin, Moon Bloodgood, Helena Bonham Carter
País: Estados Unidos
Año: 2009

sábado, 1 de agosto de 2009

La pregunta del día de hoy es...

¿Cogemos?

Tan fácil que es llegar y decir “¿cogemos?”. Así se quita uno de tanta chingadera, te evitas la pena de la primera cita, de todo el show de salir, de no saber dónde ir, qué decir, de intentar hacerte el gracioso o el interesante, de ser tú mismo, de malas películas, de pésimos lugares y horribles personas.

La pregunta es directa, sin rodeos y va al punto. Además tarde o temprano se tiene que hacer, es mejor que sea pronto para saltar un engorroso proceso que no sirve para nada.

Lo más positivo de todo es que sólo hay dos posibles respuestas: sí o no… desde un “ah claro cómo no ¡presta!”, hasta un “vas y chingas a tu madre qué te has creído que soy”. Es como decía el maestro Polo Polo: “En este mundo hay que pedírselas a todas, porque la que no te las da, por lo menos te lo agradece”, y yo agregaría que de 100 o mil, una te va a decir que sí, entonces no hay pierde.

Ahora que la siguiente pregunta sería “¿mamas?”

Se las dejo de tarea